miércoles, 1 de febrero de 2012

8ª Entrada


Mientras caminaba por la calle parecía como si diera pequeños saltos, aún estaba contenta de hecho tenía muchas dudas y curiosidades y eso creaba más. Cuando llegué a la parada del autobús me senté en el banco para esperar, un chico que había allí se me acercó y me dijo:- hola, ¿Vas a está parada?-: yo con una sonrisa amable le dije:
- Sí, voy al centro comercial

-Al igual que yo, ¿Te quieres sentar conmigo en el autobús?-
La verdad es que me impresionó que me invitará a sentarme con él pero para no estar sola y ser un poco cortés no me negué y cuando llegó el autobús nos sentamos en la última parte derecha juntos, parecía simpático, comenzamos a hablar sobre todo en general, luego nos dimos los números y al bajar del autobús allí estaban mis amigas mirándome y preguntándose quién era, le invité a que se viniera con nosotras , pero su respuesta fue, textualmente, “lo siento , pero si quedo contigo, quiero que quedemos a solas” , la verdad es que cuando me dijo esas palabras me sonrojé después se fue hacía una tienda de libros que había. Y al girarme para mirar a mis amigas todas comenzaron hacerme preguntas sobre quién era y de qué lo conocía, y que cómo se llamaba, etc. La verdad es que me llamó la atención pero por ahora no quiero amores, ahora quiero estar con ellas.
Nos pasamos tres horas entre tiendas y acabe con la hucha vacía, se acercaba la hora de comer y todas parecíamos que estábamos derrotadas. Cuando nos íbamos a sentar para comer en un pequeño bar me sonó el teléfono móvil, lo cogí y era aquel chico invitándome a cenar esta noche, yo le dije que bien pero que me tendría que ir pronto. Él aceptó y así quedamos, al colgar mis amigas se me quedaron mirando embobadas, me reí y pedimos al camarero, cada una pidió una ensalada, un bocadillo y una bebida refrescante. Comenzamos ha hablar sobre un poco de todo y al llegar el camarero y repartirlo todo le dimos una pequeña propina por ser guapo, nos hizo gracia eso y nos reímos a no poder más. Al terminar de comer  nos levantamos muy contentas, además de alegres. Cuando salimos del centro comercial alrededor de las 18 h. cogimos el autobús de vuelta y llegamos a mi casa, entramos y dejamos las bolsas en el suelo mientras nos tumbábamos en mi cama todas a mogollón, éramos como unas 6 o 7 chicas en una cama de matrimonio.

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