miércoles, 1 de febrero de 2012

7ª Entrada


Al entrar en mi habitación llamé a mi abuela para decirle la gran noticia de que me iría a la ciudad, la verdad es que siempre he estado muy unida a ella y cuando me pasa algo no dudo en contárselo, es como una mejor amiga pero de sangre. Cuando me lo cogió le dije:

-¡Yaya!, ¿qué tal estás?

- Muy bien guapísima, ¿Y tú?

- Mejor que nunca, ¿Sabes por qué? Por qué me voy a la ciudad

¿De verdad? Que alegría, me alegro muchísimo por ti, yo fui y allí es dónde encontré al amor de mi vida

Me reí y le dije:- no creo que me pase lo mismo pero sé que podré descubrir gran parte del mundo, y cuándo termine la carrera te prometo que escribiré mi primer libro y te lo dedicaré, ¿entendido?

-Esta bien corazón-: entonces tosió fuertemente y preocupada le dije:- ¿Qué te pasa?

- Que estoy algo resfriada pero no te preocupes se me pasará-

-Vale, yaya confío en ti, bueno me tengo que vestir, adiós abuelita-

-Adiós querida-

Después colgué y me vestí, me puse una falda vaquera, unas botas negras con apenas dos centímetros de tacón  y además su altura me llegaba por debajo de la rodilla, después una camiseta de manga corta con una rebeca encima también negra. Me fui al baño de nuevo y me peiné dejándome mi pelo largo y liso. Bajé las escaleras, entré en la cocina y puse en la pizarra “he quedado con mis amigas, no estaré a la hora de comer”, cogí las llaves de la entrada y salí de casa.

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